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Mañana comenzará octubre, que promete ser un mes muy especial: se abrirá con una primera luna llena en el signo de Aries y se cerrará con una segunda luna llena en el signo de Tauro.
Además, si tenemos en cuenta la numerología de este 2020, obtenemos un número cuatro (2+0+2+0=4), que es el número de la materia, de una base sólida y segura, y cuyo arquetipo es el constructor; el número cuatro nos habla de orden, organización y responsabilidad. (Para saber más sobre la numerología del 2020, puedes leer aquí)

Pero si tomamos el número 2020, vemos un patrón que se repite: 2-0-2-0, y cada número podríamos compararlo con un trimestre de este año. El número dos representa la dualidad y la unión de dos elementos, por lo que implica una búsqueda continua de equilibrio y armonía, porque, al ser un principio dual, indica tanto el contraste como el intento de reconciliación. El número cero, en cambio, representa el vacío del útero cósmico, el punto en el que estamos en conexión con el todo, con nuestra alma, con lo que realmente somos, y desde allí podemos por lo tanto recrearnos, porque el cero nos da posibilidades infinitas.
Y con octubre empieza el último trimestre del año, correspondiente al último cero: estaremos otra vez en el vientre de la Madre Cósmica, y tendremos que nacer de nuevo. Nacer nunca es fácil: llega un momento en el que tendremos que cruzar el canal de parto y dejar un lugar cálido y seguro para ir a un lugar nuevo y desconocido; pero somos conscientes de que es lo único que podemos hacer para seguir creciendo. Estamos literalmente experimentando un rito de paso en el que, como una serpiente, perdemos nuestra vieja piel para conseguir nueva piel y prepararnos para lo que viene el próximo año.

Dicho esto, hablemos de la luna llena de mañana: cada luna llena nos da la oportunidad de experimentar, comprender e integrar las características de dos polaridades, porque, a diferencia de las lunas nuevas, el Sol y la Luna no están en el mismo signo, sino en los dos signos opuestos y complementarios.
Esta primera luna llena estará en el signo de Aries, mientras que el Sol estará en el signo de Libra, por lo que tendremos la oportunidad de experimentar estas dos energías dentro de nosotros y de encontrar el equilibrio entre estas dos polaridades. Porque sólo podemos tener plena conciencia de una cualidad comparándola y contrastándola con la cualidad opuesta, con su polaridad, y por lo tanto las lunas llenas nos ayudan en esto.

Aries representa el despertar, el nacimiento, el comienzo, el principio: es Aries el retoño que brota, el nacimiento de una idea o un sentimiento, el comienzo de una acción y todo lo relacionado con la primera fase de algo. Libra, por otra parte, nos dice que es hora de hacer balances y elecciones: la cosecha ya se ha hecho, se ha conservado y ahora es el momento de distribuirla equitativamente, así como, según los resultados, elegimos si aumentar o disminuir las cantidades para la siembra del próximo año. Así, entre el deslumbrante ascenso hacia el verano (Aries) y el implacable descenso hacia el invierno (Libra), podemos ver que tanto Aries está concentrado en sí mismo, tanto Libra está dirigida a satisfacer las necesidades de los demás. Cuanto más Aries presiona para romper y recrear, más intenta Libra preservar los delgados cables que la conectan con otros.
Si Aries aprende de su polaridad, comenzará a escuchar a los demás, decidirá no aburrirse y a veces decidirá quedarse. Si Libra aprende de su polaridad, se hará consciente de sus propias necesidades y esta madurez le permitirá tomar decisiones en línea con sus deseos, ya no siendo esclava de la necesidad de aceptación sino reina de su Yo.

Esta luna llena nos da la oportunidad de cosechar los frutos de lo que sembramos hace seis meses, con la luna nueva en Aries: en ese momento todo nos pedía prepararnos para los grandes cambios que vendrían a transformar nuestra realidad, empujándonos a expresar nuestra auténtica voz y compartiendo con el mundo los dones que hemos venido a traer en esta vida.
La luna nueva de marzo fue en conjunción con Quirón, quien nos pidió que dejáramos nuestra vieja imagen y no tuviéramos miedo de recrear una nueva versión de nosotros mismos. Y esta luna llena está también en conjunción con Quirón, que nos hace conscientes del dolor de ser nosotros mismos, pero al mismo tiempo nos impulsa a tener la valentía de expresarnos en el mundo en total verdad.

Esta luna llena muestra lo que hemos permitido o no en estos seis meses: ¿nuestras acciones han sido congruentes con lo que somos? ¿Nos hemos permitido expresarnos en el mundo con acciones que son congruentes con lo que realmente sentimos que somos? ¿Hemos tenido la valentía de escuchar a nuestra alma? ¿Hemos permitido que se exprese libremente? Feliz luna llena, Francesca Zangrandi

 

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