Durante mucho tiempo he buscado una palabra que me definiera o, mejor dicho, que englobara todo lo que hago, ya que soy bastante ecléctica y utilizo diferentes herramientas. De hecho, desde hace unos treinta años me dedico al bienestar utilizando diferentes técnicas corporales, sensoriales, energéticas, artísticas y espirituales, ayudando a las personas a redescubrir todo su potencial para que puedan ser lo mejor de sí mismas. Pero toda definición me resultaba estrecha, no resonaba conmigo, porque al fin y al cabo el crecimiento personal y profesional van de la mano; por eso, con los años mis propuestas han evolucionado y desde hace al menos quince años me ocupo casi exclusivamente de las mujeres, de su bienestar físico, emocional, mental y espiritual.

En un momento dado, meditando, me vino a la mente el término “Doula del Alma”: todo tenía sentido y era como si todo hubiera encajado. De hecho, la Doula, por definición, se ocupa de acompañar a la mujer, pero también a la pareja, durante todo el periplo perinatal, desde el embarazo hasta el posparto, pasando por el primer año del niño, y yo soy Doula, pero acompaño a las mujeres (y a algunos hombres) a reconectar con las distintas ciclicidades, no sólo del ciclo menstrual, sino también a alinearse con los distintos ciclos del universo, siguiendo las Ruedas de los Elementos (Tierra, Agua, Fuego, Aire y Éter), utilizando lo que ocurre en el mundo exterior para reconocer su mundo interior. Si lo deseas, puedo ayudarte a desarrollar el autoconocimiento y la autosanación, reconectando con tu voz auténtica y encontrando formas de sacarla a la luz, permitiendo que tu alma se exprese plena y libremente.