Mañana por la noche se perfeccionará el último cuarto lunar. Cuando la luna está menguante, nos ayuda a hacer limpieza, a desprendernos de lo viejo para dejar sitio a lo nuevo; el mes pasado el último cuarto lunar tuvo lugar en el signo de Acuario, mientras que esta vez será en el signo de Piscis.
Estos dos signos parecen muy diferentes: Acuario es inventivo, rápido para actuar, capaz de dialogar con los demás, pero también tiene un miedo secreto a perder su propia individualidad, mientras que el signo de Piscis nos habla de liminalidad, de espacio indefinido, de una sensibilidad tan elevada que se traduce en el riesgo de no distinguir la frontera entre uno mismo y los demás. Acuario lleva a vivir de forma mental, a no seguir los pasos de los demás, a pensar en salirse de lo común; mientras que el signo de Piscis invita a la sensibilidad y a volver a la dimensión más espiritual, pasando del «yo soy» al «nosotros somos», disolviéndose en el universo entero, donde todo es uno.
Y en este último cuarto lunar por un lado tenemos a la Luna en Piscis, un signo conmovedor que nos habla de un renacer, pero tras el cierre de algo, por lo que en cierto sentido algo debe morir para dejar espacio a algo nuevo. Y por eso necesita quedarse, entrar en contacto con las emociones, con el sentimiento, con los sueños y la imaginación. El signo de Piscis también se asocia con el subconsciente, los sueños y la intuición, por lo que se nos invita a mirar hacia dentro y conectar con nuestro yo espiritual, a escuchar nuestra intuición y confiar en el universo.
La Luna está en el mismo grado que el asteroide Melusina, la sirena bicaudal que conoce los secretos de las aguas profundas y oscuras donde se esconden nuestras fantasías y nuestro poder creativo, la que nos conecta con la inspiración, con la memoria de los dones heredados, con nuestro útero, invitándonos a dar rienda suelta a nuestra creatividad y a nuestras fantasías más profundas.
Además, la Luna también está en conjunción con Saturno y Neptuno (aunque están en Aries), por lo que las energías nos invitan a estar en el corazón, a sentirlo todo y luego dejarnos llevar.
Por otro lado, tenemos al Sol en Géminis, un signo de Aire, mutable, que nos habla de comunicación, nos conecta con el poder de la palabra, pero también nos lleva a estar muy en lo mental, ya que es inteligente, lógico y tiene la curiosidad de querer saberlo todo. Sin embargo, está en conjunción con Júpiter, que ha entrado recientemente en Cáncer, lo que nos lleva a centrarnos un poco en las emociones.
Y de todos modos, la Luna en Piscis nos invita a escuchar al corazón más que a la mente, recordándonos que la lógica y el ingenio sólo pueden llevarnos hasta cierto punto, y que el corazón siempre está al mando.
Este último cuarto lunar marca el punto medio entre el eclipse lunar en Virgo del 14 de marzo y el eclipse solar del 21 de septiembre, también en Virgo. Los eclipses tienen el poder de cerrar puertas para animarnos a atravesar nuevas ventanas, por lo tanto, esta fase lunar parece decirnos que busquemos los viejos sentimientos que nos bloquean, que nos inclinemos ante ellos y los dejemos marchar.
Ahava, Francesca Zangrandi
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