Mañana por la noche, la Luna alcanzará su máxima expansión en el signo de Capricornio. Como en cada luna llena, el Sol y la Luna estarán en oposición: por un lado el Sol en Cáncer y por el otro la Luna en Capricornio.
Tanto Cáncer como Capricornio son signos cardinales, es decir, marcan el comienzo de las estaciones, por lo que es característico de ellos iniciar algo nuevo. Cáncer da el pistoletazo de salida a la vida con el acto creativo por excelencia, es decir, no sólo la creación de una nueva vida, un hijo, sino de cualquier cosa, como un proyecto, una idea, etc… Así que podríamos decir que representa al padre nutricio, que cuida del hijo protegiéndolo y apoyándolo emocionalmente, es decir, a la madre. Capricornio, por su parte, también tiene una fuerte matriz parental, pero corresponde más al progenitor que da las normas, que enseña disciplina y sentido del deber, representando así al padre. En otras palabras, Cáncer nos impulsa a crear lo que sentimos con fuerza en nuestro interior, a arremangarnos para crear lo que sentimos que es nuestra misión, nuestro proyecto del alma; mientras que Capricornio nos ayuda a llevar a cabo nuestro proyecto y realizarlo, cueste lo que cueste.
Tradicionalmente, Capricornio se asocia con el trabajo y la carrera profesional; es un signo que nos invita a vivir una vida con propósito, con una finalidad. El trabajo también puede ser algo distinto a la idea clásica que tenemos del trabajo, como una afición, un hijo, la jardinería, la práctica de la meditación, … Y una vez que tenemos claro qué “trabajo” encarna la misión de nuestra alma, Capricornio nos pide integridad: ser coherentes con nuestros ideales, comprender quiénes somos y vivir en la verdad, encontrando también un equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
Y Capricornio, el signo de Tierra por excelencia, de alguna manera también crea una estructura que nos ayuda a contener nuestras emociones (Cáncer, signo de Agua), para que no nos sintamos abrumados por ellas ni las derramemos incontroladamente donde es mejor evitarlas.
Estamos a mediados de 2025, y esta luna llena se asocia con la luna nueva en Capricornio que tuvimos a finales de 2024: ¿en qué punto nos encontramos?
¿Podemos recordar los propósitos o intenciones que nos marcamos con esa luna nueva, o han sido barridos por imprevistos?
Es importante tener claro dónde estamos, porque esta luna llena puede ponernos de nuevo en el buen camino: es una oportunidad para alcanzar nuestros objetivos, poner de relieve nuestros progresos o la falta de ellos. No hay que avergonzarse de ello, al fin y al cabo, todos hemos estado sometidos a un estrés colectivo debido a la incertidumbre del mundo. Pero esta luna llena nos permite centrarnos en lo que podemos controlar: a nosotros mismos.
La Luna en Capricornio forma un trígono con Marte en Virgo: es el momento perfecto para revisar, renovar y recalibrar nuestros planes para el resto del año. Capricornio es el ambicioso triunfador del zodiaco, pero no confundamos este momento con un sprint de productividad. La atención se centra en el impulso sostenible. También porque Saturno, el regente de esta luna llena, está estacionario y el domingo comenzará su retrogradación anual, aunque será la primera vez que lo haga en el signo de Aries.
¿Qué proyectos o hábitos merecen un último empujón hacia la meta?
¿Qué podemos abandonar para dejar sitio a algo mejor?
Esta luna llena también nos recuerda que cada historia se desarrolla en capítulos y quizás la nuestra aún se esté escribiendo. Consolémonos sabiendo que lo conseguiremos si nos lo proponemos. No olvidemos celebrar las victorias que ya hemos conseguido, y recordemos que no hay estrella dorada para quienes se queman en nombre de la productividad; por lo tanto, dediquemos un momento a reconocer nuestros progresos y a mostrar gratitud a quienes han apoyado nuestro viaje. Se trata de equilibrar el compromiso con un poco de amor propio.
Sustituyamos la rigidez por la empatía, porque la verdadera autoridad proviene de la presencia y la atención, no de la presión. En un mundo que se siente perpetuamente en tensión, Capricornio nos exige un liderazgo con los pies en la tierra, centrado en el corazón. De hecho, parece preguntar: ¿hasta qué punto puedes ocuparte no sólo de los negocios, sino también de tu corazón?
Empecemos por aquí y veamos cuánto podemos hacer. Feliz luna llena, Francesca Zangrandi
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