Mañana por la mañana se perfeccionará la luna llena en el signo de Sagitario.
Escorpio nos enseñó a profundizar para encontrar la vida bajo la muerte aparente, a cavar bajo la superficie de las cosas para sacar a la luz las verdades ocultas más allá de las apariencias; y ahora Sagitario nos invita a captar el significado de las cosas, a comprender el principio más allá del fenómeno, a captar la razón de las cosas más allá de su manifestación, a percibir el orden superior más allá de la perspectiva limitada que tenemos en este plano de la realidad.
Sagitario es el último signo del elemento Fuego, pero su fuego no es el fuego impetuoso de Aries, interesado en la conquista, ni el fuego radiante y fuerte de Leo, empeñado en la magnificencia del ego; en el fuego de Sagitario prevalecen la iniciativa de Aries y el coraje de Leo, pero es un fuego menos material y más espiritual, que conduce a la iluminación. De hecho, Sagitario es el signo que nos conduce al lado espiritual de la vida; nos insta a ser honestos y veraces sobre nuestro propósito en la vida, y nos desafía a actuar en consecuencia.
Su signo gráfico es la flecha apuntando hacia arriba, simbolizando así la intención de ir a un punto lejano, distinto de donde uno se encuentra. Apunta hacia el cielo, es decir, hacia un plano evolutivo superior, más consciente, donde uno desea saber quién es, de dónde viene y, sobre todo, hacia dónde va. Así que esta luna nos habla de expansión y apertura (recordemos que Sagitario está regido por Júpiter), y para expandir nuestra comprensión de la verdad debemos experimentar algo nuevo, algo diferente, lo desconocido, aunque nos asuste, porque sólo desde una nueva perspectiva podemos encontrar nuevas oportunidades.
Sagitario nos pide que trabajemos la maestría que hemos aprendido con el signo de Escorpio y las diversas muertes que hemos experimentado: el lema clave de Escorpio es “renazco”, mientras que el de Sagitario es “comprendo”.
La palabra “comprender” deriva del latín “cum” que significa “con” y “prehendere” que significa “tomar”, por lo que es un contener que también es incluir, un comprender que también es captar; una consideración que reorganiza y rediseña toda disposición anterior, es decir, que crea un nuevo diseño sin excluir nada. Y no es casualidad que Sagitario sea el arquetipo que nos permite alcanzar una nueva conciencia y abrirnos a nuevos puntos de vista mediante el cambio de patrones de pensamiento.
En esta luna llena, las polaridades con las que trabajamos son Sagitario (Luna) y Géminis (Sol): Géminis se centra en los detalles, Sagitario ve el panorama general; Géminis se comunica para aprender, Sagitario para enseñar; Géminis busca la dualidad para comprender el mundo, Sagitario busca las verdades últimas que proporcionan una unificación superior de todas las energías.
Estos dos signos nos ayudan a integrar nuestro cerebro izquierdo, lógico, con nuestro lado derecho, creativo. Su integración nos ayuda a seguir siendo curiosos, a hacer preguntas y buscar respuestas, sabiendo al mismo tiempo que en realidad estamos buscando una comprensión más elevada. También comprendemos cómo tomar estas filosofías superiores y aplicarlas a las actividades cotidianas, encontrando la magia en lo cotidiano.
Júpiter, el regente de esta luna llena, acaba de pasar anoche al signo de Cáncer, donde permanecerá hasta finales de junio del año que viene. Así pues, nos espera un año de gran transformación emocional, en el que tendremos la oportunidad de desarrollar la inteligencia emocional y expandir el amor, algo realmente necesario en este mundo, especialmente en este momento de la historia.
Júpiter se considera exaltado o particularmente fuerte en Cáncer, lo que nos recuerda que, si hay un fuerte sentido de hogar en nuestro interior, podemos sentirnos en casa en cualquier lugar, y que si viajamos al extranjero o vivimos en una ciudad lejos de nuestro lugar de nacimiento, tenemos un lugar extra en el mundo que nos resulta familiar. Por lo tanto, mientras Júpiter transita en Cáncer, podemos aventurarnos por el mundo sintiéndolo como nuestro hogar y reconociendo a sus habitantes como nuestra familia.
Júpiter está en conjunción con Mercurio, facilitando la comunicación desde el corazón. Pero ambos están en cuadratura con Saturno y Neptuno en Aries, creando una dinámica interna en la que puede resultarnos difícil conciliar la necesidad de seguridad emocional con la exigencia de autonomía y acción concreta. Pero Júpiter en Cáncer nos recuerda que nuestro pasado y nuestros orígenes son también nuestro recurso, por lo que no debemos considerarlos un mero refugio o una excusa para resistirnos al cambio.
Los dos luminares, por otra parte, están implicados en una Gran Cruz mutable junto con los nodos lunares: por un lado, podemos sentir inestabilidad, pero lo cierto es que todo lo que estamos viviendo ahora nos está dando la oportunidad de salir de nuestra zona de confort y evolucionar.
Así que demos la bienvenida a esta luna llena que, al elevar nuestra conciencia y ampliar nuestros límites, nos ayuda a comprender que somos seres multidimensionales.
Feliz luna llena, Francesca Zangrandi
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