Mañana por la tarde se perfeccionará el primer cuarto lunar, que se produce cuando la Luna forma una cuadratura con el Sol. Por un lado, la Luna en Leo, signo de Fuego, y por el otro el Sol en Tauro, signo de Tierra.
En la fase del primer cuarto lunar tenemos la oportunidad de revisar los puntos fijados en la luna nueva y preguntarnos si estamos haciendo todo lo posible para realizar nuestros objetivos y si existe algún impedimento. Sin embargo, tanto Leo como Tauro son signos fijos, por lo tanto, bastante obstinados y poco propensos al cambio.
El signo de Leo nos invita a llevar nuestra atención de nuevo al corazón, y por cierto la Luna sigue en conjunción con Marte, aunque poco a poco se va alejando, mientras que Marte sigue opuesto a Plutón en Acuario, aunque poco a poco va saliendo de la oposición. Así que la invitación de la Luna a llevar el foco de nuevo al corazón nos ayuda a cerrar con los conflictos y tensiones de las últimas semanas, encontrando de nuevo el centro.
De hecho, el cuarto chakra, el chakra del corazón, une las fuerzas de arriba y de abajo, de dentro y de fuera: es el centro del equilibrio, donde se encuentran todas las polaridades opuestas pero complementarias. Este chakra se considera la puerta del alma y es donde se origina todo amor. Y si escuchamos y respetamos nuestro corazón, afrontaremos las tormentas con dignidad y sabiduría y crearemos belleza. El lenguaje del corazón es dulce y tierno. Un corazón sanado irradia una sensación de seguridad y, en consecuencia, de tolerancia.
La energía de Tauro, en cambio, nos conecta con la forma y nos pone de nuevo en contacto con el cuerpo, los sentidos, el placer, el disfrute de la vida, en contacto con la Madre Tierra, con la materia, pero también con la abundancia, la prosperidad, la manifestación, el valor que damos a las cosas y sobre todo a nosotros mismos
Y Venus, el regente de Tauro, ha vuelto a entrar en el signo de Aries, donde está haciendo una conjunción con Neptuno: esta es la tercera vez que se unen este año, pero la primera vez que lo hacen en el signo de Aries, y no sólo este año, sino en toda nuestra vida. Así que dejemos que este sueño precursor de un nuevo tiempo se materialice en lo concreto.
Neptuno es la octava superior de Venus, el planeta del amor. Abrámonos pues a la alquimia del amor y dejemos que el amor, entendido como la fuerza cohesiva del universo, abra y expanda nuestros corazones. Francesca Zangrandi
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